Nuestra Historia
Roger & Ana Vélez
Nací en un hogar cristiano (Bautista) el 5 de Agosto 1949 en Adjuntas, Puerto Rico. Me crié en un ambiente de amor en una finca de mi padre. Llegué al área de Washington en Abril del 1968. Entré a la Universidad de Maryland en Septiembre del próximo año y me gradué en ingeniería en Mayo 1974. Luego trabajé para el Departamento de Defensa por 20 años. La experiencia administrativa adquirida en este trabajo sería muy valiosa para el ministerio que Dios me tenía preparado como pastor más tarde. Este trabajo me permitió relacionarme con todo tipo de persona y viajar a través de Estados Unidos, Japón, Corea y Hawaii.
Al principio de mi vida aquí, empecé a asistir casualmente a la primera iglesia pentecostal del área, La Iglesia Emmanuel en Washington. Nunca fui miembro pero siempre cumplí con mis obligaciones como uno. En esta iglesia habían unos hermanos que me trataron con cariño y paciencia en esa etapa difícil de juventud. Recuerdo con mucho agradecimiento a un hermano en Cristo mucho mayor que yo que pese a mi vida espiritual imperfecta me invitaba a evangelizar el día domingo y me enseñó a predicar en los hogares. Cuando lo acompañaba yo sentía satisfacción. Dios me estaba enseñando sobre la forma más elemental y eficiente de alcanzar al inconverso.
Mientras tanto, seguí asistiendo a la iglesia y allí conocí a mi querida esposa, Ana Maria. Ella es salvadoreña y ha sido mi conexión con la cultura Centroamericana. Además, en cierto modo, gracias a Dios, ella es mi segunda conciencia. La primera es el Espíritu Santo. Tenemos cuatro hijos adultos que les sirven a Jesucristo y cinco nietos.
El llamado al Ministerio del Pastorado
La forma en que Dios trabajó conmigo para llevarme al pastoreo es interesante. Siempre me consideré un ingeniero, que era cristiano y me gustaba cooperar, pero nada más. En el año 1982 al trabajar con el gobierno Federal en Virginia y ver la necesidad espiritual del área, el Espíritu Santo me inquietó a empezar una “área de trabajo” en Arlington. Esta área de trabajo creció hasta formar una iglesia pequeña, pero todavía yo no me visualizaba como un pastor.
Pronto llegó un momento decisivo de mi vida. Yo era el pastor de la iglesia pero siempre les decía a los miembros que no se acostumbraran a mí porque yo me iba y tenía que venir alguien más que los pastoreara. Un día me confrontó el grupo y me dijeron que me decidiera. Si yo no les declaraba que me quedaba como pastor ellos sentían que estaban perdiendo el tiempo y se iban todos. Fue entonces que hice la decisión de quedarme y esa ha sido una de las mejores decisiones de mi vida. Jamás pensé que iba a pastorear una iglesia de tanto éxito.
El Crecimiento de la Iglesia La Biblia
La iglesia La Biblia empezó a crecer, gente de talento y conocedores del evangelio llegaron en el momento apropiado para ayudarme. Músicos, maestros, organizadores y otros dispuestos a trabajar en lo que se requería se pusieron a la disposición. Puse en práctica lo que había aprendido como profesional; investigando las habilidades de todos, dándoles parte en el ministerio y luego pedir cuenta.
La Iglesia La Biblia ha sido una iglesia de gran bendición. Hemos levantado 12 iglesias. Además hemos producido cinco evangelistas y dieciocho pastores. Nuestra iglesia también le dio comienzo al Instituto Bíblico Gamaliel.
Una cosa es predicar fe y otra es experimentarla. Siempre les dije a mis feligreses que Dios nos daría un buen templo. Empezamos en un sótano en el 1984 y hoy día tenemos un templo propio en Annandale, Virginia, con capacidad para 500 personas. Cuando adquirimos este templo nadie sabía que estaba a la venta porque los dueños en esos dias cavilaban si lo vendían o no. Pero en un momento adverso para la iglesia Dios me llevo al director de la organización y él en una transacción privada lo vendió a nosotros en un millón de dólares. Hoy día esta propiedad está valorado en varios millones de dolares. Inmediatamente después que lo compramos le dije a los miembros que Dios nos daría algo más grande para el futuro. No pasó mucho tiempo cuando vi un letrero de un terreno en venta en el Fairfax County Parkway, cerca de la ruta 66. Llamé al dueño y me dijo en negociaciones, “son 15 acres, me ofrecen más que ustedes pero se los vendo en $675,000 y lo financiaré yo mismo por 15 años”. Lo compramos más tarde y ahí planeamos construir un templo con una capacidad para más de 2000 personas con todas las facilidades.
Mi esposa y yo hemos viajado por Israel, Sur América y Europa. He sentido de parte de Dios ver iglesias levantadas en España y otros países Europeos. Estoy estimulando a la juventud de la iglesia La Biblia para que vaya a trabajar allá.
Para concluir quiero decir que mi familia y yo hemos sido bendecidos espiritual y materialmente y que lo mejor de mi ministerio no ha pasado, está por delante. Servirle a Cristo ha sido, es y será la ocupación más sublime de mi vida.